Seguro que has escuchado mil veces esta afirmación: “la mayor parte de nuestro cuerpo es agua”. Y no por repetitiva deja de ser cierta. De hecho nuestro cerebro y el corazón están formados por tres cuartas partes de agua. Los pulmones por un 85% y el 31% huesos también está compuesta de ella.
El agua es esencial para la lubricación de nuestros ojos y articulaciones, ayuda a regular la temperatura corporal facilita el transporte de oxígeno y nutrientes de la sangre, facilita la función digestiva, hidrata la piel… y podríamos seguir enumerando funciones de nuestro organismo en las que este líquido transparente, incoloro, insípido e inodoro juega un papel decisivo.
Pese a ello, quizás nunca te has preguntado si el agua que bebes sea saludable o qué tipos de aguas existen.
Sí, porque no todas las aguas son iguales existen distintas categorías que varían en función de aspectos como por ejmplo su origen o fuente. En este caso podríamos distinguir entre: agua de red (la que sale de nuestro grifo), agua mineralizada artificialmente, agua mineral natural extraída por bombeo o agua mineral natural procedente de manantial, es decir, la que surge espontáneamente de acuíferos subterráneos.
Es muy importante, tener muy claro que no es lo mismo un agua potable que un agua saludable. Por desgracia, la calidad del agua de nuestros pueblos y ciudades cada vez es menor debido a factores como el estado de deterioro generalizado de las, tuberías, cisternas y depósitos de agua, los elevados niveles de contaminación química, el efecto acumulativo en el ecosistema de muchas sustancias químicas como los pesticidas derivadas de la industria agroalimentaria, etc.
Por ello, cada vez es mayor el número de personas que apuestan por consumir agua mineral natural como garantía de pureza y salud. De hecho, si te preocupa tu salud, y en particular la de tu familia, una opción muy interesante a considerar son las máquinas de agua para el hogar.
Las ventajas de estos dispensadores de agua van mucho más allá de olvidarse para siempre de cargar con pesadas botellas desde el supermercado, ya que la instalación de estas máquinas incluye un servicio de agua a domicilio, sino que además están equipados con doble grifo y un termostato que permite regular la temperatura del agua.
Con el grifo azul puedes escoger entre agua a temperatura ambiente, fría o más fría. Y con el grifo rojo tendrás agua caliente para prepararte una infusión e incluso cocinar.
Y lo más importante de todo, se trata de agua de mineralización débil y muy baja en sodio, la opción más saludable. Invertir en este tipo de dispensadores o máquinas de agua, no es una cuestión de moda o un lujo es una garantía de saber lo que estamos tomando.
¿Cuál es la diferencia entre beber agua mineral y agua potable?
En primer lugar debemos dejar claro que para que un agua pueda ser considerada como mineral debe cumplir al menos estos tres grandes requisitos:
- Ser extraída de una fuente natural (acuífero o manantial)
- No haber sido sometida a ningún proceso químico.
- Su embotellamiento debe realizarse en el mismo lugar del que se ha obtenido.
Por el contrario el agua potable es simplemente agua procedente de diferentes fuentes superficiales como embalses o ríos que posteriormente es tratada con procesos químicos para convertirla en apta para el consumo humano. Si bien, a continuación profundizaremos en sus diferencias.
Porque, pese a que es cierto que el agua corriente pasa por un montón de controles sanitarios antes de llegar a nuestra casa y por lo tanto no conlleva ningún riesgo para nuestra salud, al igual que podemos adoptar ciertos hábitos como incrementar el consumo de alimentos que previenen el cáncer para preservar nuestra salud, también podemos hacerlo bebiendo un agua que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Un buen ejemplo de ello, sería consumir agua de mineralización débil, la mejor indicada para dietas pobres en sodio, en el caso de que seamos hipertensos.
Agua Mineral natural en qué se diferencia
Cuando llueve o nieva el agua se va filtrando lentamente por la naturaleza hasta alcanzar las capas más bajas del subsuelo formando acuíferos y brotando en manantiales. Con el transcurso de los años, este agua filtrada de forma natural a través de las rocas, según el tipo de suelo y composición de las formaciones rocosas circundantes, se enriquece de forma natural con determinados minerales. Nos referimos a nutrientes esenciales como el magnesio, el calcio, el potasio o el hierro.
El agua mineral se extrae desde su origen y envasa a pie de manantial en estrictas condiciones de higiene teniendo como máxima la preservación de su pureza natural sin sufrir ningún tipo de tratamiento químico ni de desinfección en su proceso de embotellado. Además, las aguas minerales naturales, al ser puras y de origen subterráneo están protegidas de cualquier tipo de agente contaminante.
Precisamente lo contrario sucede con el agua del grifo, ya que está puede provenir de un embalse, un río o desaladora, aguas en superficies expuestas a cualquier tipo de contaminación. Pese a ser potable y apta para el consumo el agua del grifo necesariamente debe someterse a una serie de procesos de desinfección tanto físicos como químicos y microbiológicos en el transcurso de su largo recorrido hasta nuestro hogares.
Estas aguas del grifo son geniales para lavar, para ducharnos, etc., pero para beber, la más idónea por supuesto al ser más saludable, es el agua mineral natural ya que estas se caracterizan por una composición única y constante en minerales y un sabor inalterable dependiendo del tipo de roca, la profundidad del acuífero o el tiempo de permanencia en el subsuelo.
Además, debido a que el agua envasada de origen natural está clasificada como producto alimentario y, por lo tanto debe cumplir con las estrictas normas de la Unión Europea sobre etiquetado, siempre sabremos su composición y lo que estamos bebiendo.Algo que no ocurre con el agua del grifo de la cual la mayoría desconoce aspectos como su dureza o concentración de minerales.
Como en la etiqueta de un agua mineral natural siempre se especifica su composición detallada el consumidor puede elegir el agua que mejor se adapte a sus necesidades, sabiendo siempre lo que está bebiendo con solo mirar la etiqueta.
El agua es fundamental para nuestro organismo y necesitamos beber entre dos y dos litros y medio de agua al día. Por lo tanto, la manera más saludable de mantenernos hidratados y proteger nuestra salud es consumir agua mineral natural.