El inicio de un nuevo año es una oportunidad para hacer cambios positivos en nuestras vidas en los que venimos pensando desde hace tiempo. Uno de los objetivos más habituales es mejorar nuestra imagen ya que afecta positivamente a nuestra autoestima y confianza.
Para muchas personas, la medicina estética puede ser una herramienta útil para corregir pequeñas «imperfecciones» físicas que les provocan malestar. No cabe duda que lucir bien físicamente aumenta la confianza y la autoaceptación.
A pesar de que en los últimos años los tratamientos médico estéticos, ya sean faciales o corporales, se han vuelto cada vez más populares y socialmente aceptados, todavía existen muchos mitos y prejuicios en torno a ellos, así como mitos y temores infundados, que conviene desterrar.
A menudo se critica a las personas que se someten a intervenciones estéticas y se les acusa de que lo hacen por «vanidad» o para cumplir cánones de belleza inalcanzables y se les tacha de «frívolos» por someterse a ellas. Pero estas visiones reduccionistas ignoran las motivaciones individuales de aquellas personas que buscan sentirse cómodas con su imagen y cuerpo.
Por ello, para contribuir a una mayor educación y naturalización, en este artículo vamos a hablar de los beneficios, tanto a nivel físico como emocional, de las cirugías y los tratamientos médico estéticos.
Mucho más que una mera cuestión de estética
Modificar algo de nuestro aspecto que no nos gusta puede mejorar notablemente nuestra autoestima y confianza pero también nuestra calidad de vida. A menudo el objetivo es mejorar tanto la estética como la funcionalidad. Operaciones muy demandadas como la rinoplastia buscan resolver dificultades respiratorias, corregir lesiones o traumatismos pero también hacen sentirse más seguras y satisfechas con su apariencia a las personas que se someten a ella.
Tal y como nos explican el Doctor Rafael Fernández Liesa y la Doctora Laura Pérez Delgado, cirujanos especialistas de Clínica Rinoplastia Zaragoza, su objetivo no es otro que mejorar la calidad de vida del paciente.
Hay muchas razones válidas por las cuales algunas personas consideran la opción de someterse a tratamientos de medicina estética. Ya sea para corregir problemas funcionales, tratar patologías, reducir molestias… a menudo es un asunto de salud.
Por supuesto, corregir complejos que causan baja confianza, inseguridad y ansiedad, impactando negativamente en la calidad de vida también lo es, en este caso de salud mental.
Beneficios psicológicos y emocionales de la medicina estética
Cuando se realiza de manera responsable y por los motivos adecuados, las técnicas y tratamientos médico estéticos pueden traer consigo importantes beneficios psicológicos.
Pese a que aceptarse a uno mismo es fundamental, el deseo de mejorar pequeños aspectos físicos que nos incomodan, y que quizás nos han afectado emocionalmente durante años, no implica necesariamente una baja autoestima.
Está demostrado que dejar atrás complejos que nos entristecían y nos hacían sentir incómodos con nuestro cuerpo, supone una importante mejora del estado de ánimo y un fortalecimiento de la autoaceptación, ya que al eliminar ese «defecto» que nos apenaba, podemos aceptarnos de forma más plena.
Sin embargo, es importante contar en todo momento con apoyo profesional para asegurarnos que la cirugía estética o el tratamiento médico estético mejore realmente nuestra salud física y mental.
Como recalca la Doctora Marta Suárez, médico estético especializada en cirugía estética no invasiva, que nos atiende desde su clínica de medicina estética en Zaragoza, todas las técnicas deben estar indicadas y aplicadas bajo un estricto criterio médico, individualizado en cada caso, solo así se pueden obtener los resultados esperados.
Antes de someterse a una intervención o cualquier tratamiento, es importante evaluar detenidamente las motivaciones que hay detrás del deseo de cambiar algún aspecto de nuestra apariencia. Sobre todo hay que tener expectativas realistas sobre los resultados que se pueden lograr.
Aquí juega un papel fundamental el profesional especializado en la materia, el cual en base a su experiencia podrá evaluar las necesidades y expectativas del paciente y recomendarle en base a estas el procedimiento más adecuado a seguir. Por supuesto, es esencial seguir sus indicaciones sobre el cuidado preoperatorio y postoperatorio. Esto ayudará a minimizar el riesgo de complicaciones y maximizar el beneficio de la cirugía o tratamiento.
En definitiva, si te estás planteando empezar el año mejorando tu imagen el mejor consejo que podemos darte es que no te precipites, ni escuches promesas imposibles. Infórmate bien. Reflexiona sobre tus motivaciones y expectativas con calma. Tómate tu tiempo para leer opiniones diversas, hablar con expertos y pacientes reales. Así podrás escuchar y comparar experiencias de primera mano. Cuando te sientas listo y estés completamente convencido, solo entonces busca un profesional. Nadie mejor puede asesorarte con responsabilidad, guiarte y acompañarte en cada fase del proceso.