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Estrés y problemas digestivos: cómo afecta el estilo de vida a la salud del sistema digestivo

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El acelerado ritmo de vida de la sociedad actual, la falta de tiempo para comer tranquilamente y sin prisa, la adopción de malos hábitos alimentarios como comer frecuentemente alimentos procesados, el consumo de alcohol sin moderación, el sedentarismo, el tabaco y, sobre todo, el estrés, están dañando de forma alarmante nuestra salud digestiva.

Los expertos advierten que cada año aumenta el número de personas que padecen acidez gástrica, diarrea, estreñimiento, gases o malas digestiones entre otros problemas digestivos que perjudican nuestra calidad de vida y estado de salud en general.

Con el propósito de conocer más sobre cómo el estilo de vida actual influye en la salud de nuestro sistema digestivo hemos consultado al equipo de ATLAXIS, un centro integral de fisioterapia y osteopatía especializado en tratamientos para el bienestar físico en Bilbao. Si quieres conocer las razones y causas detrás de los problemas digestivos más comunes y su relación con nuestro estilo de vida te animamos a seguir leyendo.

Además, al final del artículos encontrarás consejos y recomendaciones prácticas para mejorar tu salud digestiva y disfrutar de una vida más plena y saludable.

¿Qué es el estrés y cómo afecta al sistema digestivo?

El estrés crónico se ha convertido en una constante en nuestras vidas modernas. Las maratonianas jornadas de trabajo, las preocupaciones económicas, la falta de conciliación laboral, personal y familiar, la presión social… pueden generar un nivel de estrés que afecta negativamente a nuestra salud y, por supuesto, a nuestro sistema digestivo. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo libera hormonas como la adrenalina y el cortisol que alteran el normal funcionamiento de nuestro sistema digestivo.

Este estrés puede provocar una disminución de la producción de ácido clorhídrico en el estómago, lo que dificulta la descomposición adecuada de los alimentos y aumenta la producción de ácido gástrico causando acidez, reflujo, y en casos más graves úlceras. Además, el estrés crónico puede ralentizar el tránsito intestinal, lo que contribuye al estreñimiento y la acumulación de gases.

Incluso afecta a la microbiota intestinal, es decir, al conjunto de bacterias beneficiosas que habitan en nuestro intestino y que contribuyen a su buen funcionamiento.

Otros hábitos de vida pueden causar problemas digestivos

Además del estrés, existen otros hábitos de vida que pueden perjudicar la salud del sistema digestivo, como comer rápido sin masticar bien los alimentos o hacerlo con ansiedad, abusar del café, el té, las bebidas gaseosas o el alcohol. Y, por supuesto, la adopción o mantenimiento de hábitos no saludables como fumar y el sedentarismo.

Comer rápido y mal: Un factor determinante que daña nuestra salud digestiva

Otro factor clave que contribuye a los problemas digestivos es tener una dieta desequilibrada caracterizada por el consumo excesivo de alimentos procesados, ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos artificiales. Alimentos que carecen de los nutrientes esenciales que nuestro sistema digestivo necesita para funcionar correctamente y que, por el contrario, si están presentes en verduras, frutas, granos y semillas ricas en fibra.

El consumo excesivo de alimentos grasos y procesados dificulta nuestra digestión, ya que el cuerpo necesita más tiempo y energía para descomponer las grasas que contiene. Esto puede provocar una digestión lenta y difícil. Además, una deficiencia de fibra en la dieta puede causar estreñimiento y dificultar el movimiento regular de los intestinos.

Asimismo, la falta de tiempo y la prisa constante son dos factores claves que perjudican nuestra alimentación y salud digestiva. A veces comemos mientras trabajamos frente al ordenador o incluso mientras conducimos. Otras veces optamos por alimentos rápidos, precocinados y procesados en lugar de por opciones más nutritivas.

Este hábito de comer apresuradamente y sin pausas para masticar adecuadamente los alimentos también puede perjudicar nuestra digestión, ya que dificulta la descomposición de los alimentos y la adecuada absorción de sus nutrientes. 

La falta de actividad física y el sedentarismo también pueden tener un impacto negativo en la salud digestiva. El ejercicio regular ayuda a estimular el movimiento del sistema digestivo, promoviendo una digestión más eficiente y evitando problemas como el estreñimiento.

Sedentarismo: El impacto de la falta de movimiento

En efecto la falta de actividad física también afecta significativamente al tránsito intestinal y favorece el estreñimiento o la aparición de las temidas y molestas hemorroides. Cuando llevamos una vida sedentaria, los músculos del sistema digestivo se debilitan y pueden volverse más lentos en su funcionamiento. Esto puede contribuir a la acumulación de toxinas en el cuerpo y al desarrollo de problemas digestivos.

Por el contrario, practicar ejercicio físico moderado y regular, al menos 30 minutos al día, tres veces por semana, estimula el movimiento del sistema digestivo, promoviendo una digestión más eficiente y evitando problemas como el estreñimiento. Además, mejora la circulación sanguínea y reduce el nivel de estrés favoreciendo nuestra salud digestiva.

Como has podido comprobar, para prevenir o aliviar problemas digestivos comunes como la acidez gástrica, la diarrea, el estreñimiento, los gases y las malas digestiones, es muy importante adoptar unos hábitos de vida saludables que favorezcan el buen funcionamiento del sistema digestivo. Entre ellos destacan: comer de forma equilibrada y variada, beber suficiente agua, dejar de fumar y practicar ejercicio físico de forma regular.

Recuerda que el sistema digestivo es un componente vital que determina nuestro bienestar general. Cuidar adecuadamente nuestra salud digestiva nos ayuda a disfrutar de una vida plena y saludable. Por ello, tómate tu tiempo y realiza cambios positivos en tu estilo de vida que favorezcan la salud de tu sistema digestivo. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!