Pese a que usar mascarillas, ya sean mascarillas de tela, higiénicas o filtrantes, se ha convertido ya en parte de nuestras vidas, ahora que ya tenemos a gran parte de la población vacunada surgen algunos interrogantes especialmente en aquellas personas que ya han recibido la pauta completa como, por ejemplo, cuándo se van a relajar las restricciones y medidas de protección como el uso de la mascarilla .
Pero ya sea para combatir la alergia, evitar contagiar a otros cuando se tiene la gripe, se trate de pacientes con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otras patologías y enfermedades respiratorias o en el caso de trabajadores como los cuidadores de mayores y personas inmunodeprimidas, cada vez es mayor el número de personas que afirma que continuará usando mascarilla en lugares públicos, particularmente en interiores, cuando acabe la pandemia de Covid-19.
Y es que a pesar de que en estos tiempos de pandemia existen muchas falsas noticias de salud, bulos o informaciones interesadas circulando por la red que alertan sobre los posibles efectos negativos sobre nuestra salud del uso continuado de la mascarilla, la evidencia científica ha puesto de manifiesto que carecen de fundamento.
Si eres de los que vas a seguir usando mascarilla tras la pandemia, seguro que deseas conocer cuáles son las mascarillas más útiles así como con cuáles puedes contagiar o con cuáles te pueden contagiar.
Por ello, dado que en el mercado existe una amplia variedad de tipos de mascarillas, a continuación vamos a explicarte de manera breve y sencilla qué tipos de mascarillas hay y cuál es el uso recomendado de cada una de ellas.
Índice
Tipos de mascarillas y usos recomendados
Antes de la llegada de la pandemia que ha trastocado nuestras vidas las mascarillas de uso médico eran sin duda las más conocidas y utilizadas. Estás se han clasificado tradicionalmente en dos grandes grupos: mascarillas quirúrgicas y las mascarillas filtrantes o también llamadas autofiltrantes.
Mascarillas quirúrgicas:usos recomendados
En primer lugar tenemos las mascarillas quirúrgicas las cuales cuentan con una durabilidad de cuatro horas y están diseñadas para proteger que una persona contagiada contagie a otras. Es decir, no te protegerá del contagio.
Clasificadas como productos sanitarios han sido tradicionalmente empleadas por los profesionales sanitarios en el ejercicio de su función, por ejemplo dentro de un quirófano para proteger al paciente de posibles agentes infecciosos.
Están diseñadas por tanto para proteger desde dentro hacia afuera. Es decir, ejercen de barrera, gracias a su capacidad antibacteriana, evitando la emisión de gotículas respiratorias que se producen cuando tosemos o estornudamos.
Previenen de este modo la transmisión del virus por parte de una persona infectada a otras personas sanas pero su eficacia es limitada a la hora de prevenir el contagio por parte de la persona usuaria de la mascarilla. Es decir, no evitan que nos contagiemos pero sí que contagiemos a los demás.
Por esta razón su uso está más aconsejado en el caso de pacientes sospechosos, infectados por virus o con síntomas de infecciones respiratorias.
También se aconseja su utilización por parte del personal sanitario y sociosanitario. En el caso de cuidadores de mayores, personas inmunodeprimidas o con problemas respiratorios su uso ayuda a evitar el contagio a los pacientes por parte de este personal sociosanitario.
Mascarillas filtrantes o autofiltrantes:usos recomendados
Otro gran grupo de mascarillas es el formado por las filtrantes y autofiltrantes. Se denominan así porque cuentan con un filtro de partículas cuya finalidad es la de proteger al usuario de la mascarilla frente a la inhalación de aerosoles y microorganismos patógenos. Es decir, al contrario que las quirúrgicas estas protegen desde fuera hacia adentro.
Si bien, también son eficaces en la prevención de la transmisión del virus desde dentro hacia afuera. Es decir, desde una persona infectada que porta la mascarilla a otras sanas.
Algunos modelos están equipados con una válvula de exhalación que facilita la respiración para una mayor comodidad del usuario.
Estas mascarillas se consideran como EPIs (equipos de protección individual) y según su eficacia de filtración de mayor a menor se clasifican en tres subtipos: FFP1, FFP2 y FFP3 siguiendo la nomenclatura europea que establece la Organización Mundial de la Salud.
Las siglas FF corresponden a las palabras filter face en inglés y el número indicaría su grado de protección. El tipo 1 es el que menos partículas filtra y pese a que ofrecen una barrera un poquito superior a la quirúrgica no son tan eficaces a la hora de evitarnos ser contagiados por otra persona.
Por el contrario las del tipo 2 son mascarillas con mayor grado de protección. Por lo tanto, nos protegen a nosotros y a los demás. Aunque las más seguras, ya que ofrecen hasta un 98% de protección a la hora de respirar o inhalar algún compuesto, serían las mascarillas del tipo 3. Por ello, es la más recomendada para sanitarios que traten directamente con personas infectadas por Covid-19 o posibles casos sospechosos.
Cabe destacar que las mascarillas autofiltrantes como las FFP2 y FFP3 pueden ser reutilizadas. Podemos saber si es reutilizable porque en este caso llevará impresa una letra “R”. Si es así, podremos cambiar el filtro y lavarla.
Si bien, para que una mascarilla sea realmente eficaz, sin importar de qué tipo se trate quirúrgica o filtrante, es necesario que esté homologada. De hecho en la situación actual el Ministerio de Sanidad recomienda el uso de mascarillas FFP2 homologadas para personas que entren en la habitación de aislamiento de un enfermo como personal médico y de limpieza así como familiares del paciente.
Mascarillas higiénicas o de barrera:usos recomendados
Recientemente se ha popularizado el uso de un nuevo tipo de mascarillas, las conocidas como higiénicas o de barrera. Estas mascarillas según recomendaciones del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades están aconsejadas para personas sin síntomas que no son susceptibles de utilizar mascarillas quirúrgicas o autofiltrantes o cuando no se disponga de ellas.
Para que se consideren higiénicas las mascarillas deberán garantizar una filtración superior al 90 por ciento. A diferencia de las mascarillas quirúrgicas, que no deben reutilizarse, muchas mascarillas higiénicas, siempre dependiendo del material del que estén hechas y las indicaciones del fabricante pueden ser reutilizadas varias veces.
Su uso se recomienda en zonas en las que se produzcan aglomeraciones o no se pueda mantener la distancia de seguridad. Como por ejemplo, en el transporte público pero siempre de forma complementaria al resto.
Por último, cabe destacar que el uso de cualquier mascarilla, con independencia del tipo, no supone en ningún caso una protección total frente al contagio. El uso de la mascarilla es una medida complementaria a la distancia de seguridad, el lavado e higiene de manos, ya sea con agua y jabón o un gel hidroalcohólico, el evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar…