Como probablemente ya sepas, en el caso de pacientes con cáncer, existen varias opciones de tratamiento que van desde los de tipo «local», como son la cirugía o la radioterapia, hasta otros tratamientos basados en el uso de medicamentos, como la quimioterapia, la inmunoterapia y la terapia de medicamentos dirigidos.
Por supuesto, tomar la decisión sobre cuál es el más adecuado para el paciente dependerá de multitud de factores y será siempre responsabilidad del equipo médico u oncólogo responsable de prestar la atención médica que precisa la persona diagnosticada con cáncer.
Tanto si has sido diagnosticado de cáncer o lo ha sido un ser querido, son muchas las dudas y preguntas que estarán abordando. Cuestiones que no siempre resultan fáciles de resolver. Mucha información puede resultar abrumadora.
Si bien, tu médico será siempre la persona más indicada para explicarte en qué consiste un determinado tratamiento contra el cáncer, a continuación vamos a tratar de resolver algunas dudas o preguntas frecuentes sobre la radioterapia como en qué se diferencia de la quimioterapia o cuáles son sus principales efectos secundarios.
Empezaremos explicando de forma breve y sencilla en qué consiste la radioterapia.
Índice
¿Qué es la radioterapia?
La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer de carácter local eficaz y seguro, que consiste en dirigir dosis de radiación controlada de alta energía hacía al tumor con el objetivo de matar estas células tumorales, evitar su crecimiento e impedir de este modo que estas se diseminen y extiendan hacia otras zonas del cuerpo.
La radiación empleada en este tratamiento se presenta normalmente en forma de haces de rayos X, aunque también pueden emplearse haces de electrones o incluso haces de protones. Pese a que estas son las técnicas más habituales, recientes estudios han puesto de manifiesto que el uso de partículas como iones de carbono mejoran de manera sensible la precisión de la radioterapia.
¿Para qué sirve la radioterapia? Fines y objetivos
La radioterapia puede tener distintos objetivos. En primer lugar, tenemos un tipo de radioterapia a la cual podemos denominar «curativa» y cuyo objetivo es la remisión y desaparición del tumor mediante la aplicación de dosis controladas y dirigidas al tumor con el objetivo de lograr que esté finalmente desaparezca.
Este tratamiento puede llevarse a cabo de manera paralela o junto con otros tratamientos antitumorales como la quimioterapia u otros fármacos dirigidos.
Otro de los principales objetivos para los que se emplea la radioterapia es para lograr la completa curación o para disminuir el riesgo de que el cáncer vuelva. En este caso hablamos de radioterapia adyuvante y se administra después del tratamiento primario. Es decir, se aplica la radioterapia tras realizar previamente otro tratamiento como puede ser una cirugía.
Por el contrario hablamos de radioterapia neoadyuvante cuando se administra como primer tratamiento con el objetivo por ejemplo de reducir este tumor y facilitar una cirugía.
Por último, otro de los fines que puede tener la radioterapia es el alivio de síntomas. En casos que el paciente se encuentra en una fase más avanzada de la enfermedad y por desgracia no es posible alcanzar la curación, se pueden aplicar unas dosis controladas con la finalidad de aliviar uno o varios síntomas como dolor, un sangrado o cualquiera de los síntomas que el cáncer puede causar en nuestro cuerpo.
Tipos de cáncer y tumores que son tratados habitualmente con radioterapia
Con radioterapia se pueden tratar prácticamente todo tipo de tumores independientemente de su localización. Desde tumores del sistema nervioso central, del tórax, mama, pulmón o en la pelvis hasta el cáncer de próstata. De hecho, en este tipo de tumores se suele emplear la radioterapia. También es eficaz en el tratamiento de otros tipos de tumores como los sarcomas que aparecen en distintas partes del cuerpo como las extremidades.
Incluso se puede emplear la radioterapia como arma terapéutica en niños, aunque se trata de evitar su uso en menores de tres años para no perjudicar su crecimiento.
¿Principales efectos secundarios de la radioterapia?
A diferencia de otros tratamientos como la quimioterapia que tiene un efecto general o lo que llamamos sistémico, la radioterapia produce efectos secundarios a nivel local. Es decir, solamente afecta al área en el que se ha recibido el tratamiento.
Entre los principales efectos de la radioterapia destacan:
- El enrojecimiento de la piel (en mayor o menor grado).
Para prevenir este efecto secundario es muy importante el cuidado de la piel antes y después del tratamiento extremando la higiene e hidratación de la piel.
- Cansancio y agotamiento físico.
El paciente debe evitar la realización de esfuerzos y descansar en la medida de lo posible.
Otros posibles posibles efectos secundarios de un tratamiento de radioterapia, dependiendo de la zona del cuerpo en que se aplique, son:
- Dolor de cabeza y visión borrosa (zona del cerebro).
- Caída del pelo, tos, irritación de garganta, dificultad para respirar… ((zona del pecho).
- Cambios de sabor y menor actividad de la glándula tiroides ((zona de la cabeza y cuello).
- Diarrea, náuseas y vómitos, cambios urinarios y de vejiga, infertilidad y problemas sexuales… ((zona del estómago y abdomen, recto, etc.).
Otra de las ventajas de la radioterapia es que sus efectos secundarios desaparecen pasados unos días tras la aplicación del tratamiento.
Si bien, para mitigar estos posibles efectos secundarios es muy importante que el paciente mantenga una dieta equilibrada durante todo el tratamiento y evite perder peso. Además, es recomendable para asegurar una buena hidratación ingerir abundantes líquidos como al menos dos litros de agua diarios.
También, es muy importante apoyarse en familiares y amigos para sobrellevar los efectos del tratamiento lo mejor posible. Por supuesto, es muy importante seguir todas las pautas, consejos y recomendaciones de tu médico oncólogo. Y ante cualquier duda o anomalía alertar para que éste evalúe si es necesario tomar algún tipo de medida.