Sin duda alguna, la baja reserva ovárica es una de las causas a tener en cuenta en casos de infertilidad en la mujer siendo uno de los principales factores que reducen la probabilidad de que se produzca un embarazo natural.
Por ello, en este artículo vamos a contarte qué es la reserva ovárica, cuáles son sus principales causas y qué soluciones existen para aquellas mujeres con baja respuesta ovárica que desean quedarse embarazadas.
Índice
¿Qué es la reserva ovárica y cómo afecta a la fertilidad?
La reserva ovárica es un concepto relacionado con la calidad y cantidad de óvulos de una mujer. Dicho de otro modo, la reserva ovárica no es otra cosa que el número de óvulos de los que dispone una mujer en un determinado momento de su vida.
Con el paso de los años se va produciendo una progresiva disminución de la reserva ovárica de la mujer.
De hecho, las mujeres nacen con alrededor de 2.000.000 de óvulos. Un número que va descendiendo con el paso de los años. Al comienzo de la pubertad la media de óvulos de los que dispone una mujer es de alrededor 400,000 óvulos. A partir de los 30, esta cifra se reduce a unos 27.000. Cuando llega la temida menopausia la mayoría de las mujeres solo alberga en sus ovarios alrededor de 1.000 óvulos.
Causas de una baja reserva ovárica
Pese a que el natural proceso de envejecimiento es la principal causa de la disminución de la reserva ovárica, también puede ser causada por anomalías genéticas así como por ciertos tratamientos médicos muy agresivos que pueden dañar el sistema reproductivo femenino como la radioterapia contra el cáncer.
Determinadas cirugías e incluso lesiones pueden ser otras de las causas de una baja reserva ovárica.
Del mismo modo, diversos estudios han concluido de que existe una relación directa entre llevar un estilo de vida poco saludable y la disminución de la reserva ovárica. Es decir, malos hábitos como fumar perjudican la reserva ovárica y por lo tanto reducen la fertilidad en la mujer.
¿Cómo saber si tengo una baja reserva ovárica?
En la mayoría de casos no existen unos síntomas claros que indiquen una disminución de la reserva ovárica.
Algunas mujeres pueden observar anomalías como un ciclo menstrual más corto de lo habitual, de 25 días en lugar de 28, por ejemplo.
Es necesario someterse a una ecografía transvaginal y realizar un recuento folicular así como hacer un análisis hormonal que determine los niveles de la hormona antimulleriana (HAM), una proteína que al ser secretada por el ovario a la circulación permite su detección mediante un análisis de sangre.
Es necesario realizar pruebas (ecografía, analítica, etc.) para determinar si existe una baja reserva ovárica con un alto nivel de certeza.
Pese a que los valores dependen de la edad de la mujer, a grandes rasgos como referencia podemos decir que cuando las pruebas muestran niveles por debajo de 0.8 ng/ml, existe una baja reserva ovárica.
¿La fecundación in vitro es una solución para la baja reserva ovárica?
Esta es una duda habitual en mujeres con problemas de fertilidad.
Lo primero que debemos decir es que ningún tratamiento puede detener el irreversible proceso de disminución de la reserva ovárica.
Por ello, no retrasar la maternidad es la mejor recomendación a seguir para prevenir las consecuencias de una baja reserva ovárica sobre la fertilidad.
Sin embargo, la FIV (fecundación in vitro) puede ser una excelente solución a la baja reserva ovárica. Ya que, pese a que no es posible mejorar la reserva ovárica, si es posible mejorar la calidad de los óvulos.
Para ello, unas semanas antes de la fecundación in vitro se lleva a cabo un tratamiento de hiperestimulación controlada de los ovarios. Este tratamiento se basa en la administración de una serie de nutrientes mitocondriales.
El objetivo es obtener un número suficiente de óvulos para facilitar y lograr la fecundación.
Otra alternativa para preservar la fertilidad es la vitrificación de los óvulos cuando todavía se cuenta con una buena reserva ovárica.
La vitrificación de los óvulos es una nueva técnica de la reproducción asistida que consiste en extraer los óvulos de una mujer de sus ovarios y congelarlos para su posterior utilización.
La principal novedad que introduce esta técnica es que utiliza un sistema de congelación que impide la formación de cristales de hielo en el interior del óvulo, con lo cual la tasa de supervivencia de estos es mayor.
El mejor momento para someterse a esta técnica es antes de los treinta años. Ya que la probabilidad de baja reserva ovárica en esta franja de edad es mucho menor. Por ello, esta técnica está recomendada para mujeres que consideran que actualmente no es buen momento para ser madre pero tienen la firme intención de serlo en un futuro.
También, es una garantía para mujeres con cáncer que deben someterse a agresivos tratamientos de quimioterapia o radioterapia. Incluso para mujeres con endometriosis, una enfermedad benigna en la que el tipo de tejido que recubre el útero se extiende y crece fuera de este.
En definitiva, para preservar la fertilidad sin temor a que una baja reserva ovárica perjudique las posibilidades de embarazo lo más recomendable es no retrasar la natalidad.
Si bien, en aquellos casos en los que la mujer considera que aún no es el momento de ser madre, una buena alternativa es someterse a técnicas para la preservación de la fertilidad como la vitrificación de óvulos. De este modo, la mujer podrá decidir en qué momento quiere ser madre.
Del mismo modo, la Fecundación in vitro (FIV) también puede ser una solución para mujeres con una baja respuesta ovárica.
Por ello, si deseas ser madre, lo mejor es que acudas a una cínica especializada dónde sus profesionales valorarán tu caso ofreciéndote el tratamiento de fertilidad más adecuado.