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Deporte Infantil y Lesiones: Cómo Prevenir y Tratar con Éxito con la Guía del Dr. Oscar Olvera

Por el Dr. Oscar Olvera, Especialista en Ortopedia y Traumatología del Niño y Adolescente

La práctica deportiva durante la infancia y la adolescencia es una de las mejores herramientas para fomentar hábitos saludables, mejorar la condición física y desarrollar valores personales como la disciplina, la superación o el trabajo en equipo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el cuerpo en crecimiento de los niños requiere cuidados específicos, especialmente cuando se someten a esfuerzos físicos continuados o prácticas deportivas intensas.

Como especialista en ortopedia pediátrica, he podido observar cómo muchas de las lesiones más comunes podrían evitarse con una adecuada prevención, una correcta técnica y una supervisión responsable por parte de entrenadores, padres y educadores.

Este artículo está diseñado como una guía práctica para padres, entrenadores y profesionales de la salud que trabajan con población infantil y adolescente. En él abordaremos las lesiones deportivas más frecuentes en niños, cómo prevenirlas y qué hacer en caso de que aparezcan.

Lesiones más frecuentes en niños deportistas

Las lesiones deportivas en la infancia no siempre son iguales a las de los adultos. Los niños están en proceso de crecimiento, lo que hace que sus huesos, músculos, ligamentos y cartílagos respondan de manera diferente a los impactos, cargas y movimientos repetitivos.

Algunas de las lesiones más habituales en niños y adolescentes que practican deporte son:

  • Esguinces de tobillo: Son muy comunes en deportes con cambios rápidos de dirección o saltos, como el fútbol, el baloncesto o el voleibol. El ligamento se estira más allá de su límite, lo que provoca dolor, inflamación y dificultad para apoyar el pie.
  • Fracturas por estrés: Ocurren cuando hay una sobrecarga continua sobre un hueso, habitualmente en deportes con movimientos repetitivos o de alto impacto. Son microfracturas que pueden pasar desapercibidas si no se atienden a tiempo.
  • Tendinitis y sobrecargas musculares: Especialmente en rodillas, talones y tobillos. Se deben a un uso excesivo de ciertos grupos musculares sin el debido descanso o sin una técnica adecuada. Un ejemplo típico es la tendinitis del tendón rotuliano en jóvenes que corren o saltan con frecuencia.
  • Lesiones relacionadas con el crecimiento: En niños y adolescentes activos, pueden aparecer patologías como la enfermedad de Osgood-Schlatter (dolor en la parte frontal de la rodilla), causada por la tracción del tendón rotuliano sobre una zona aún en desarrollo.
  • Luxaciones menores y traumatismos: Pueden aparecer en hombros, codos o dedos, especialmente en deportes de contacto o de alto riesgo (como el judo, rugby, patinaje o escalada).

¿Por qué se producen estas lesiones?

Las causas principales de las lesiones deportivas en la infancia incluyen:

  • Falta de calentamiento y estiramiento antes y después del ejercicio.
  • Uso de calzado o equipamiento inadecuado para la actividad que se realiza.
  • Exceso de entrenamiento o sobrecarga, sin respetar los tiempos de recuperación.
  • Mala técnica de ejecución, sobre todo en niños que no han recibido una adecuada instrucción.
  • Especialización deportiva temprana, cuando se fuerza a un niño a practicar un solo deporte de forma intensiva desde edades muy tempranas.
  • Falta de supervisión médica o de controles periódicos, sobre todo si existen antecedentes de lesiones previas o debilidad muscular.

Cómo prevenir las lesiones deportivas en niños

La mejor herramienta ante las lesiones es la prevención. Esto no solo evita el daño físico, sino también el malestar emocional y la pérdida de motivación que puede generar en el niño una interrupción forzada de su actividad favorita.

A continuación, comparto una serie de pautas que pueden aplicarse de forma sencilla en el entorno deportivo y familiar:

  1. Realizar calentamiento y estiramientos antes y después del ejercicio. Esta rutina prepara el cuerpo para el esfuerzo físico y mejora la recuperación posterior. Es fundamental que el calentamiento sea dinámico y adaptado a la edad.
  2. Utilizar el calzado y el equipo adecuado. El calzado debe adaptarse al tipo de deporte, a la superficie de juego y al desarrollo del pie del niño. Además, en algunos deportes es obligatorio el uso de protecciones (espinilleras, casco, muñequeras…).
  3. No forzar al niño ni ignorar señales de dolor. El dolor es una señal de alerta del cuerpo. Si un niño se queja de molestias persistentes o presenta hinchazón, cojera o dificultad para moverse, es importante detener la actividad y consultar a un especialista.
  4. Fomentar la práctica de varios deportes y evitar la especialización temprana. Diversificar las actividades físicas permite un desarrollo más armónico del cuerpo y reduce el riesgo de lesiones por sobreuso.
  5. Respetar los periodos de descanso. El descanso forma parte del entrenamiento. Los niños necesitan días libres para recuperarse, crecer y mantener la motivación.
  6. Acudir a controles médicos periódicos. Si el niño entrena de forma regular o participa en competiciones, es aconsejable realizar revisiones médicas para descartar posibles problemas articulares o musculares.

¿Qué hacer si el niño sufre una lesión?

Ante cualquier sospecha de lesión, lo más importante es no minimizar los síntomas. Muchas veces, al tratarse de niños, se tiende a pensar que el dolor “pasará solo”. Sin embargo, una atención tardía puede complicar el cuadro o dejar secuelas a largo plazo.

Las medidas iniciales a seguir ante una lesión son:

  • Reposo: Evitar el uso de la zona lesionada para no agravar el daño.
  • Hielo: Aplicar frío local durante 15-20 minutos cada 2-3 horas en las primeras 48 horas para reducir la inflamación.
  • Compresión: Usar vendajes elásticos o soportes ortopédicos si es recomendado por el médico.
  • Elevación: Mantener la zona elevada para mejorar la circulación y reducir la inflamación.

Una vez realizada la evaluación médica, el tratamiento puede incluir:

  • Fisioterapia especializada: Para recuperar la movilidad y fortalecer la zona afectada.
  • Uso de férulas o inmovilizaciones temporales, si hay esguinces, fracturas o luxaciones.
  • Medicación analgésica o antiinflamatoria, siempre bajo supervisión médica.
  • Reincorporación progresiva a la actividad física, evitando una vuelta prematura que podría provocar una recaída.

El papel de los adultos: entrenadores, familias y profesionales

La prevención de lesiones no es responsabilidad exclusiva del niño o del médico. Es un trabajo en equipo que debe involucrar a entrenadores bien formados, padres informados y profesionales sanitarios disponibles para acompañar el proceso de crecimiento y desarrollo saludable.

Algunas buenas prácticas para el entorno del menor incluyen:

  • Mantener una comunicación fluida entre padres y entrenadores sobre el estado físico y emocional del niño.
  • Garantizar entornos seguros de práctica deportiva (superficies en buen estado, instalaciones seguras, presencia de botiquín…).
  • Promover una visión positiva y no competitiva del deporte en las edades más tempranas, priorizando el disfrute y la salud.

El deporte infantil es una herramienta maravillosa para el desarrollo integral del niño. Sin embargo, no debemos olvidar que un cuerpo en crecimiento necesita cuidados especiales. Las lesiones, aunque a veces inevitables, pueden prevenirse en muchos casos con una correcta planificación, técnica y atención.

Mi objetivo como ortopedista infantil es que cada niño pueda seguir disfrutando del movimiento, sin miedo, sin dolor y sin secuelas. Una lesión bien tratada se cura mejor. Una lesión prevenida es un paso más hacia una infancia activa y feliz.

Dr. Oscar Olvera
Especialista en Ortopedia y Traumatología del Niño y Adolescente