A pesar de que las adicciones son un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo, todavía persisten muchos mitos y falsas creencias sobre las adicciones y su tratamiento que actúan como barrera a la hora de buscar la ayuda profesional necesaria para superar cualquier tipo de adicción.
Para desmentir algunos de los mitos más comunes sobre las adicciones y conocer más sobre el tratamiento de estas enfermedades hemos consultado al equipo de Liberadict, un centro de adicciones en Sevilla referente en desintoxicación y rehabilitación de un amplio abanico de adicciones, desde las adicciones más comunes relacionadas con el consumo de sustancias como alcohol y drogas o la ludopatía hasta el tratamiento de la adicción a las nuevas tecnologías.
Es importante entender que las adicciones son una enfermedad que como tal requiere tratamiento y apoyo profesional. Ninguna persona busca ser adicta, pero hay muchos factores que pueden llevar a una adicción, como la vulnerabilidad y la búsqueda de aceptación social. Muestra de ello es como el aislamiento social, el estrés, la ansiedad y la incertidumbre que ha generado la pandemia mundial del Covid-19 han agravado el problema de salud pública de las adicciones.
Culpar a las personas que sufren de adicciones de su situación solo aumenta el estigma y la vergüenza asociados con estas enfermedades, lo que a su vez dificulta el acceso a un tratamiento que logre su recuperación.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como una enfermedad crónica que se caracteriza por la necesidad compulsiva de consumir una sustancia o llevar a cabo una actividad, a pesar de las consecuencias negativas que esto pueda tener para la salud y la vida en general.
Índice
Principales mitos asociados a las adicciones y su tratamiento
Partiendo de la consideración de las adicciones como enfermedades es momento de desterrar de una vez por todas algunos de los siguientes mitos relacionados con las adicciones y su tratamiento.
Las adicciones solo afectan a personas débiles o sin fuerza de voluntad
Uno de los principales mitos sobre las adicciones hace referencia a que las personas que sufren de adicciones son débiles o simplemente no carecen de la fuerza de voluntad necesaria para dejar de consumir la sustancia responsable de su adicción (drogas, alcohol o medicamentos) o para abandonar una determinada conducta adictiva como el abuso de los dispositivos móviles. Un problema creciente especialmente entre los jóvenes.
Este mito es muy peligroso porque perpetúa el sentimiento de vergüenza y culpa. De ahí la importancia de desmitificar la idea de que las adicciones son simplemente una cuestión de falta de voluntad o debilidad moral.
Pese a que diversos estudios han demostrado que las personas con antecedentes familiares de adicción tienen una mayor probabilidad de desarrollar adicciones, estas están causadas por una combinación de múltiples factores tanto psicológicos (depresión, ansiedad, traumas…) como ambientales (acceso fácil a sustancias adictivas, la presión social, adicciones en el entorno familiar…).
Las adicciones sólo se relacionan con sustancias ilegales
No, las adicciones no solo se relacionan con el consumo de tabaco y el alcohol o de sustancias como drogas ilegales o medicamentos como los hipnosedantes con o sin receta.
Además de a estas sustancias tan peligrosas para la salud, también existen adicciones conductuales o comportamentales, como la adicción al juego (ludopatía) , a las compras (oniomanía), a la comida (ingesta compulsiva o trastorno por atracón), a las nuevas tecnologías (a internet o a las redes sociales, al móvil, a los videojuegos…), etc. Estas adicciones se producen cuando una persona se siente impulsada a realizar una actividad específica de manera repetitiva, a pesar de las consecuencias negativas que pueden surgir de ella como una total pérdida del control.
Recuperarse de una adicción es fácil
Toda recuperación suele ser un proceso largo y difícil, en el que la persona que está lidiando con la adicción necesita de apoyo continuo para superar su adicción y evitar las peligrosas recaídas. El abuso de sustancias o el comportamiento adictivo ocasiona efectos muy negativos en la salud física y mental de la persona pero también afecta a la familia y las relaciones personales.
El apoyo, la comprensión de la adicción como una enfermedad y la motivación de la familia y amigos pueden marcar una gran diferencia en el éxito del proceso de recuperación. Escuchar y ser comprensivos manteniendo una actitud positiva y esperanzadora es siempre de gran ayuda para toda persona en rehabilitación.
El tratamiento para la adicción es siempre el mismo
Cada persona es única y requiere un tratamiento individualizado que tenga en cuenta sus necesidades, sus circunstancias, fortalezas y debilidades. Pensar que el tratamiento para una adicción sea a una sustancia como el alcohol o las drogas o se trate de una adicción a las redes sociales y el móvil es el mismo es otra peligrosa creencia equivocada.
Cada tipo de adicción requiere un enfoque de tratamiento específico, de ahí la importancia de recurrir a ayuda profesional para recibir un plan de tratamiento individualizado y efectivo.
Por ejemplo, en el tratamiento de alcoholismo la terapia cognitivo conductual aborda los patrones de pensamiento y comportamiento que llevan al abuso del alcohol trabajando un cambio de mentalidad y costumbres hasta lograr el objetivo de la abstinencia del alcohol de por vida.
Por otro lado, las adicciones comportamentales como la ludopatía o la adicción a las nuevas tecnologías, requieren un enfoque de tratamiento específico que se centre en la modificación de conductas y el desarrollo de las habilidades necesarias para lidiar con los desencadenantes emocionales que llevan al comportamiento adictivo.
Diversos estudios han demostrado que los centros de adicciones pueden ser efectivos para el tratamiento de estas y otras adicciones. En especial para la prevención de recaídas.
En definitiva, debemos desterrar de una vez por todas creencias como que las adicciones son una elección consciente y comprender que se trata de una enfermedad compleja en la que existen múltiples factores tanto psicológicos como ambientales que pueden conducir a la conducta adictiva. Por lo tanto, como cualquier otra enfermedad, requiere de un tratamiento personalizado y apoyo profesional para una total rehabilitación.