Qué importante en nuestra vida es estar motivado para desarrollar todo el potencial que llevamos dentro, el trabajo, en los estudios en el deporte o para tener una relación de pareja mucho más saludable.
Sin embargo, pese a ello, a lo largo de nuestro aprendizaje, de pequeños en la escuela, en la familia… ni de mayores en la universidad, en el trabajo… nos han enseñado cómo trabajar la motivación. La mayoría desconoce recursos y técnicas de motivación personal como los que podemos encontrar en este blog que pueden impulsarnos a alcanzar nuestras metas y objetivos personales, laborales, etc.
La motivación es energía, es la fuerza que nos impulsa a realizar determinadas acciones o a persistir en ellas para lograr determinadas metas.
Índice
¿Se puede trabajar la motivación?
Seguramente has experimentado días en los que nada más levantarte por la mañana te sientes lleno de energía y te invaden las ganas de hacer mil cosas pero a medida que avanza el día esa energía desaparece y te invade una profunda desmotivación.
La clave está en descubrir de dónde surge esa energía y cómo hacer para reforzar esa motivación que te impulsa a crear, hacer y persistir.
Para entender de dónde surge y cómo funciona hay que aclarar que existen dos tipos de motivación. Por una parte tenemos la motivación intrínseca y por otra la extrínseca.
A continuación, explicaremos brevemente la diferencia entre estos dos conceptos de motivación.
¿Qué es la motivación intrínseca?
La motivación intrínseca es aquella que nace de uno mismo y está relacionada con factores como:
- las emociones de agrado o desagrado que nos produce realizar alguna actividad
- el nivel de reto o desafío que supone
- la actitud con la que afrontamos o realizamos dicha actividad
En la motivación intrínseca la energía o el estímulo está en nuestro interior y por lo tanto tenemos la capacidad de auto-motivarnos o de auto-reforzarnos.
Este estímulo interior que nos empuja a hacer algo puede ser un deseo de superación personal, un aprendizaje, el disfrute o el hecho de que suponga un crecimiento personal.
¿Qué es la la motivación extrínseca?
Por el contrario en la motivación extrínseca necesitamos buscar el estímulo en el exterior.
Es decir está fuera de nosotros mismos. Puede ser una recompensa económica como un bonus, un elemento de reconocimiento social como un premio, la fama o el prestigio, etc.
Incluso puede ser el miedo. El miedo al fracaso, al rechazo, al castigo…
La mayoría de nosotros crecimos bajo la exclusiva influencia de la motivación extrínseca, ya fuera positiva, buscando recibir un beneficio o negativa tratando de escapar del castigo.
De mayores seguimos reproduciendo este patrón, tratamos de hacer un buen trabajo para recibir los mayores ingresos posibles y evitar ser despedidos. O buscamos la relación perfecta para sentirnos amados y evitar la soledad.
Por ejemplo, frecuentemente recurrimos al uso de términos como: “tengo que”, “debería hacer…”, etc. Nos auto-imponemos tareas como “obligatorias” que nos generan presión y nos conducen al estrés incluso a la ansiedad. Por ello, aunque recibamos un beneficio por realizar estas actividades como percibir un salario (motivación extrínseca), a menudo esto no es suficiente para sentirnos bien.
Los motivadores extrínsecos pueden ser muy eficientes a corto plazo pero sin embargo esa energía que generan va a durar muy poco tiempo porque la fuente de motivación es artificial y muy inestable ya que no nace del interior de la persona.
Para que perdure la motivación tiene que tener una base más sólida y debe tratarse de una motivación intrínseca. Debe salir de tu corazón, alimentar todo tu cuerpo y mente.
Solo así brotará una energía muy potente que persistirá en el tiempo.
Para lograrlo es muy importante dejar de temer las consecuencias exteriores de nuestros actos y preguntarnos qué nos entusiasma, qué podemos hacer para lograr lo que queremos, ya sea un negocio de éxito, una buena relación de pareja, estar a gusto en tu trabajo, mejorar tu comunidad…